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Este sitio está iniciando su tercer mes de vida.

A más de alguien le parecerá una ocasión demasiado pequeña; a mí me parece que es en extremo propicia para celebrar. Para celebrar y para agradecer. Agradecimientos se los debo, ante todo, a la providencia que me iluminó para dar este paso; espero que me siga alumbrando para enriquecer el contenido de este blog y hacer de él un vehículo de comunicación de las verdades del espíritu y la sabiduría humanas, por medio de la poesía y la belleza.

Debo un agradecimiento muy particular a WordPress por la valiosísima ayuda que me ha dado. Yo que creía que para estos efectos iba a necesitar la ayuda de un especialista en computación. Sin embargo, las instrucciones APT de WordPress me han permitido sobrevivir en el intento de crear este blog sin auxilio adicional. Una de las gracias que tiene el sistema ideado por esta organización es que permite a una persona sin experiencia alguna en lo que es la creación de un blog, estar escribiendo y publicando su primer artículo a todo el amplio espectro de la red global, no más de una hora después de haber ingresado. Por cierto que después sigue un proceso de profundización del conocimiento y aplicación de las enormes posibilidades que WordPress ofrece, proceso en el cual uno tiene el gusto de ver cómo el sitio va acomodándose progresivamente, tanto en la forma como en el contenido, a las expectativas cifradas en él.’

No es fácil atraer a los lectores. En un mundo urgido, esclavo del rendimiento cuantitativo y del llamado ‘trabajo eficiente’, sinónimo a veces de trabajo sin sentido, no es fácil tomarse un tiempo para dedicarlo a leer el blog de un amigo, menos para enterarse de las cosas que se le ocurren a un perfecto desconocido. Esto lo sé por propia experiencia. Es muy importante a este respecto tener una cosa bien clara, la misma que he pensado cuando publico un libro de poesía. La empresa se justifica por sí misma y es gratuita. Uno no necesita ser comprado o aplaudido. Basta el hecho de publicar para sentir que la meta se ha logrado. Y el blog, como el libro, está en medio de un proceso de desarrollo espiritual e intelectual y afectivo, que no necesita de terceros para entenderse justificado. De todos modos, los fieles seguidores, suscriptores o comentadores de las primeras semanas, le dan a uno un aliento muy importante. No tanto, por cierto, los visitantes ocasionales como aquellos a quienes uno sabe que los liga un vínculo más profundo con el blog. De ellos, los que más uno echa de menos son los que comentan o sugieren o deslizan una crítica bien fundamentada o inician una discusión significativa. A todos ellos hay también que agradecer.

Ya he anunciado que para el futuro a mediano plazo tengo algunos planes. Unos o dos artículos semanales sobre poesía, otros tantos sobre arte, y dedicar los restantes al fascinante mundo de la historia de las religiones, de la espiritualidad mística, de la apertura humana a lo trascendente, a la invisible verdad. En los días flojos, un comentario al pasar, sobre un libro o un acontecimiento, o tal vez nada más que una cita. Mi objetivo es lograr de esta manera darle al blog un carácter relativamente especializado, aunque sin cargarlo de mucha pesadez.

Bueno, es preciso también que agradezca a los miembros de mi entorno más cercano, que me han ayudado a construir el ambiente sereno pero un tanto ensimismado que me ha sido necesario para mantener con vida a esta exigente criatura, que es el blog Todo el oro del mundo.

Caravaggio, Baco (Wikimage)

Y repito que hay que celebrar. Levantemos, por lo tanto, con el espíritu alegre y pleno de agradecimiento, nuestras copas imaginarias, para juntos beber virtualmente, del más excelente de los vinos.

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