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Ha brotado una rosa, de una tierna raíz. Decían los ancianos que venía de Jesse. Y surgió este capullo en medio del invierno justo a la medianoche.
De esta florecilla profetizó Isaías. Por la Virgen María, por ella nos llegó. Sin perder su pureza dio ella a luz un niño cuando Dios lo ordenó.
Jesús, mientras sigamos en este triste valle que tu guía nos lleve a la eterna morada. Que en el reino del Padre por siempre te alabemos permítenos, oh Dios.
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Es ist ein’ Ros’ entsprungen, aus einer Wurzel zart. Als uns die Alten sungen, von Jesse war die Art. Und hat ein Blüm’lein ‘bracht; mitten im kalten Winter, wohl zu der halben Nacht.
Das Röslein, das ich meine, davon Jesaia sagt, hat uns gebracht alleine Marie die reine Magd. Aus Gottes ew’gem Rat, hat sie ein Kind geboren, welches uns selig macht.
O Jesu, bis zum scheiden aus diesem Jammertal lass dein Hilf uns geleiten hin in den Freudensaal. In deines Vaters Reich Da wir Dich ewig loben. O Gott, uns das verleih.
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Cantoral de Speyer
Esta canción navideña, una de las más hermosas que conozco, fue compuesta en el siglo XVI. Aparece ya en el Cantoral de Speyer, impreso en Colonia en 1599. Fue luego armonizada por Michael Praetorius (1571-1621) en 1609, alcanzando así la forma en que hoy día se la conoce. La letra, que tiene muchas variantes, es de autor desconocido. Es cantada tanto en la liturgia católica como en la protestante.
La versión que arriba presente es de The King’s Singers (Los cantores del Rey), un conjunto inglés merecedor de su nombre. Enseguida adjunto la del Ensemble Amarcord, con sede en Leipzig.
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La melodía fue usada por Johannes Brahms (1833-1897) como base para su preludio coral para órgano, transcrito luego para orquesta por Erich Leinsdorf. También por Hugo Distler (1908-1942) en su oratorio Die Weinachtsgeschichte (La historia de Navidad), y por el músico sueco Jan Sandström (1954) para una composición para dos coros a capella.