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¡Oh, tú!, a quien llamaba como si estuvieras sobre las estrellas, a quien llamaba creador del cielo y de la tierra, ídolo amigo de mi infancia, ¡no te enfades porque te haya olvidado! … ¿No es el mundo lo bastante mezquino, como para buscar todavía fuera de él a Algún Otro?
¡Oh!, si la naturaleza soberana es hija de un padre, ¿no es el corazón de la hija su corazón? Lo más interno de ella, ¿no es Él? ¿Pero acaso lo he resuelto? ¿Es que lo conozco?
Es como si viera, pero entonces me asusto otra vez, como si fuera mi propio rostro lo que hubiera visto; es como si lo sintiera, al espíritu del mundo, como la cálida mano de un amigo, pero despierto y son los míos, son mis propios dedos los que he asido.
Friedrich Hölderlin
(Hiperión o El Eremita en Grecia)
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El Dios extraño y trascendente, el Padre bueno de los gnósticos, el inefable e inconcebible del Maestro Eckhart, mal se aviene con su imagen humana, minuciosamente definida, vestida con el máximo lujo, coronada en toda majestad. Solemos los hombres sentir nostalgia por el Dios de la infancia, tan familiar y al alcance de la mano. Sin embargo, la mente crecida del adulto, su conciencia más desarrollada, no se contenta con esa imagen. No es compatible con la chispa divina que ve crecer en su alma. Además, le recuerda a un dios riguroso y necesitado como es el del Antiguo Testamento, que no lo ve muy parecido al Padre de Jesús. El hombre busca entonces ‘Algún Otro’, como dice Hölderlin, el que es completamente Otro, inimaginable, imposible de representar.
El poeta cree intuir a Dios en el corazón de la naturaleza, a la cual ve como una hija de aquel Padre. Éste se encuentra, entonces, en lo más interior de su hija.
Tan poderosa es su intuición que cree verlo de verdad. Más luego se horroriza: lo que ha visto no ha sido sino su propio rostro. Los dedos cariñosos que ha creído palpar no son sino sus propios dedos. Teme que su intuición no haya sido una jugarreta de su imaginación.
Pero la sed de Dios que siente, es del todo real. Sigue estando presente.
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© 2012 Lino Althaner
Abr 23, 2012 @ 08:18:53
Siento que el Dios extraño y ajeno al mundo, se niega, y eso ocurre porque ÉL ES nosostros mismos. La conciencia de lo otro, me hace intuir la eternidad, pero creo que la buscamos mal, en verdad no existe lo otro, sino lo unitario, por eso nos parece inefable. Sin embargo, no creo que esto cambie, al menos en esta creación. Alguien, alguna vez, enseñará la mística permanente y reemplazará a las religiones, cuando desaparezcan las infantiles imágenes de dioses represivos que por su forma dada por humanos, se les atribuye una esencia incompleta y, por lo tanto, demandante. Los dioses humanos tiene forma física – y no podría ser de otra manera, por el afán de conseguir bienestar físico que mueve la existencia incorporada – devuelven el mal con mal; se les atribuyen premios y castigos justos; exigen el cumplimiento de la ley – la que Jescucristo dijo mirar con recelo -. Los dioses humanos están incompletos, de lo contrario no exigirían la fidelidad, si la exigen es por que carecen de ella; ¿cómo puede un dios total carecer de algo ? A mi Dios no lo conozco, porque está fuera de mi comprensión; siento que no le importa el bien y el mal, porque está más allá de esos conceptos humanos tan duales. Creo que en ÉL todo se unifica y es eterno, armonioso, amoroso y lleno de paz, todos elementos a los que los humanos le hemos dado las categorías de conceptos racionales y por eso ajenos a la esencia.
Un abrazo en XTO, el que nos puso más allá del mundo, pero cuyo mensaje acomodamos a la materialidad.
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Abr 23, 2012 @ 10:57:35
Prosigues aquí nuestra conversación del sábado, en la que se preparaba esta entrada con la cita del ‘Hiperión’ de Hölderlin. Tu comentario complementa lo que entonces analizábamos. Bienvenido tu comentario.
Lino
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Abr 23, 2012 @ 13:08:52
Saludos Lino.
Buscando sobre los escritos del Maestro Eckhart, me topé con un «Eckhart Tolle» que ha ganado importancia en ciertos círculos. Me imagino que lo conoces. Solo comparto el dato por si acaso.
http://en.wikipedia.org/wiki/Eckhart_Tolle
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Abr 23, 2012 @ 15:07:27
Es un estudioso del Maestro del que tomó su nombre. Se ha hecho famoso en Estados Unidos -no sé si es de ese origen- con una enseñanza en que, al parecer, vincula la metafísica del Maestro Eckhart con filosofías orientales de autoconocimiento y meditación. César, muchas gracias.
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